Un deep fake es un vídeo en el que se muestran imágenes falsas, habitualmente del rostro de una persona, que parecen ser reales y que se han producido utilizando inteligencia artificial; en concreto, se trata de técnicas de machine learning denominadas deep learning(aprendizaje profundo), que utilizan algoritmos de redes neuronales.
La inteligencia artificial permite no solo alterar imágenes, sino también crearlas.
Los deep fakes funcionan a través de modelos de redes neuronales generativas, el deep learning. Básicamente, los algoritmos aprenden a crear imágenes de personas reales o ficticias tras procesar una base de datos de imágenes de ejemplo.
Los deep fakes más populares son de famosos, ya que hay una inmensa cantidad de fotos y vídeos disponibles online, pero igualmente se puede hacer con cualquier persona, siempre y cuando se puedan obtener suficientes imágenes, por ejemplo, de las redes sociales.
La tecnología es inofensiva en sí misma y un buen uso de ella puede causar un gran impacto positivo en la vida de las personas, las empresas y la sociedad. El uso legítimo de la imagen y la voz de terceros abre grandes oportunidades de negocio en el mundo de la televisión, el cine, el marketing, etc.
La tecnología de inteligencia artificial que hay detrás de los deep fakes y el machine learning tiene un presente que ya es muy prometedor.
A medida que avanza y aumenta el acceso a esta tecnología, también aumenta el riesgo del uso de deep fakes con fines maliciosos. Se puede utilizar la propia inteligencia artificial para detectar deep fakes.
Este juego del gato y el ratón para crear falsificaciones y detectarlas en el fondo está acelerando la innovación